El Baloncesto Talavera acarició una victoria ante Teknei Bizkaia Zornotza que se evaporó en los últimos dos minutos

Con una sensación de enorme rabia abandonaron los jugadores del Baloncesto Talavera la pista del Primero de Mayo. Habían llevado durante muchos minutos el mando en el marcador ante todo un Teknei Biskaia Zornotza que llegaba como cuarto de la general en este Grupo ‘Oeste’ a la cita y que demostraría que esa plaza de los de Mikel Garitaondandia no es fruto de la casualidad, sino más bien del oficio de unos jugadores que reaccionaron a tiempo y con un parcial de 1-11 en los tres minutos finales se llevaron la cita por (80-86).

Y es que fue una verdadera lástima porque a falta de 1:52 los cerámicos dominaban el marcador por 80-77 después de que Kemel Archer hubiera anotado uno de sus dos tiros libres. Sin embargo apareció Ardanza, que se marcó toda una ‘mandarina’ al más puro estilo Sergi Llull y puso el 80-80. A partir de ahí los nervios, la consiguiente mala selección de tiro y las personales sobre los jugadores zornotzarras hicieron el resto para asaltar los visitantes el fortín del Primero de Mayo, que otra vez volvió a contar con una gran entrada a pesar del ‘puente’.

Hasta llegar hasta este cruel desenlace final la cita iniciaba con intercambio de golpes entre ambos contendientes con Andrejevic y McRay – Thomas como máximos exponentes locales en el tramo inicial pero con los vascos llevando la delantera hasta el 13-11 anotado por un Peris que, de aquí al final del cuarto, fue protagonista puesto que en los minutos finales de periodo monopolizó la anotación con permiso de una de dos de Cooper para dejar el resultado en un 22-23 para los visitantes.

El segundo periodo iniciaba con un titánico trabajo bajo tabla de Andrejevic para llevar a los azules a su máxima renta hasta el momento de cuatro arriba (33-29). Sin embargo llegó el bache con mala selección de tiro y varias pérdidas que obligaron a Ricardo Úriz a parar el juego porque su equipo estaba atascado (33-37). Y la verdad es que a corto plazo no mejoró mucho la cosas ya que otro par de pérdidas más las aprovechaba Awana para colgarse por dos veces del aro (35-41).

Desatascó desde el 6,75 DeShaun Cooper con una canasta que quizá debió ser de dos, pero que los árbitros le dieron valor triple. Al norteamericano se le unión a la causa un McRay – Thomas que estaba de dulce en la anotación y que gracias a su acierto y al de Peris desde la línea de personal le daban a Talavera una ventaja de un punto al descanso (43-42) porque el intento de Sainz de la Maza sobre la bocina tendría infructuosos resultados.

Nos íbamos a vestuarios y a la vuelta cuajó el equipo local su mejor periodo de los cuatro disputados a lo largo de la noche, moviendo rápido la bola y estando muy certeros de cara al aro. Incluso los minutos malos eran capaces de camuflarlos los talaveranos entrando en un intercambio de canastas de las que tampoco salían mal parados.

De hecho en este periodo alcanzaría Baloncesto Talavera su máxima renta, un 65-57 tras canasta de Peris que obligó al técnico zornotzarra a detener el encuentro. Maquilló su equipo el resultado de aquí al final de tiempo con dos tiros desde la línea de personal de un Cabrera que no estaba apareciendo mucho y que parecía guardarse todo para el último cuarto.

Y es que, aparte de jugarse sin descanso los últimos diez minutos, comenzó a proponer juego a la par que los cerámicos parecían estar cada vez más faltos de ideas de cara al aro y que sólo parecían responder a los fogonazos de daba Cooper desde la dirección. Así de un 71-68 pasábamos a un 77-70 cuando restaban cuatro minutos para el final y a partir de ahí fue cuando se le escapó el encuentro a los cerámicos.

Y es que luego llegaría ese anteriormente citado triplazo de Ardanza para igualar el encuentro, a la que luego siguió pérdida tras pérdida que llegaron acompañadas de personales para ir jugada a jugada los visitantes cogiendo una renta que sería insalvable para los talaveranos, quienes acabarían sucumbiendo por 80-86 y muriendo de esta manera en la orilla tras haber cuajado un buen partido en líneas generales y que se les torció al final, en los minutos decisivos.